La neuralgia posherpética es una complicación crónica del herpes zoster, un padecimiento que afecta los nervios. El herpes zóster es el resultado de la reactivación de virus latentes en el ganglio sensorial y se manifiesta por un exantema vesicular agudo y doloroso sobre un solo dermatoma o región nerviosa. El virus de la varicela-zóster es un virus nervioso que obtiene acceso a las neuronas durante una infección infantil de varicela y se calcula que más del 95% de los adultos jóvenes son seropositivos para este tipo de virus, por lo que a nivel mundial la tasa de incidencia de este problema es de 3.4 casos por 1,000 personas.
Los pacientes que sufren este tipo de neuralgia suelen tener dolor agudo en la pared torácica antes de un brote de herpes zóster. Además, se presentan otros síntomas como picazón, entumecimiento en las extremidades y sarpullido. Al momento en que la erupción se seca, el dolor puede continuar por un tiempo.
El dolor se caracteriza por ser espontáneo (ardiente y continuo), punzante paroxístico o dolor similar a una descarga eléctrica. El paciente también puede experimentar sensaciones evocadas en respuesta a un toque ligero u otros estímulos mecánicos que generan reflejos de algunas partes del cuerpo. El tipo y la intensidad del dolor varían de un paciente a otro, pero deben ser evaluados a la brevedad.
La neuralgia posherpética también afecta la calidad de vida y el sueño de los pacientes. A menudo informan la presencia de mucho dolor y sufrimiento debido a la afección, lo que provoca pérdida de sueño y limitantes al realizar algunas actividades cotidianas. El estado funcional también se ve afectado por el dolor, con un rango limitado de movimiento de la región del pecho debido a la incomodidad evita que las personas puedan levantar objetos, hacer movimientos de las manos más allá de la altura del pecho, entre otras actividades.
Los investigadores no están seguros de qué desencadena la reaparición del virus del herpes zóster después de años de inactividad. El virus se puede contraer durante la juventud, pero no se convertirá en herpes zóster hasta muchos años después.
El dolor suele persistir durante unos tres meses. Cuando este dolor persiste mucho después de que cicatriza la erupción, se considera una complicación y es necesario un tratamiento en una clínica del dolor.
Si el padecimiento dañó los nervios, enviará señales aleatorias de dolor al cerebro y provocará una sensación de ardor y palpitación. Con el tiempo, los nervios de la piel se calman, pero con el daño nervioso existente, el dolor puede persistir durante años, incluso durante el resto de la vida de una persona.
Por lo que es importante realizar un diagnóstico a tiempo y brindar el mejor tratamiento para evitar que el dolor se prolongue y, en caso de que haya daños nerviosos, será necesaria una atención especializada por un especialista en tratamiento del dolor.
Actualmente no existe un tratamiento modificador de la enfermedad para la neuralgia. El tratamiento se basa principalmente en el control de los síntomas. Debido a que el dolor puede persistir durante años o por el resto de la vida, los medicamentos a menudo se usan durante períodos prolongados.
Los ensayos controlados aleatorios apoyan el uso de agentes tópicos y orales para tratar la neuralgia, pero es necesario tener un control adecuado cuando se trata de medicamentos orales.
La terapia tópica es el tratamiento de primera línea en los casos de dolor leve y se utiliza en combinación con fármacos sistémicos cuando el dolor es moderado o intenso.
Los parches contienen lidocaína al 5%, que es un agente analgésico. En un estudio médico especializado este tratamiento ofreció a los pacientes al menos un 50% de alivio del dolor. La crema de capsaicina también ha demostrado ser eficaz. Debe aplicarse varias veces al día y ha demostrado su eficacia como parche de baja concentración.
Cuando se presenta un dolor más grave, se utilizan ciertos medicamentos relacionados con el dolor de los nervios. Para este tipo de neuralgias, los fármacos que han demostrado su eficacia son los antidepresivos tricíclicos y los antiepilépticos.
Este tipo de neuralgia requiere de un tratamiento especializado; cualquiera que sea la causa, ya sea por su médico general, internista y que no llega a control de dolor. Es importante que acudan con expertos en el área de tratamiento de dolor, que cuente con las credenciales para poder llevar a cabo el tratamiento.
Si no se diagnostica adecuadamente, los tratamientos innecesarios y que se llevan a cabo sin evidencia científica pueden causar efectos secundarios y alto índice de complicaciones, en nuestra Clínica INDOLORE, clínica del dolor en Puebla, encontrarás un grupo de médicos expertos dedicados a mejorar tu calidad de vida y mitigar tu dolor.
Clínica INDOLORE es dirigida por el Dr. Francisco Javier Anthon Méndez, especialista en anestesiología, medicina crítica y terapia intensiva, medicina del dolor y cuidados paliativos, intervencionismo para manejo de dolor en todo tipo de pacientes. Además, está respaldado por un grupo de médicos especializados en el manejo integral del paciente con dolor de tipo oncológico y no oncológico.
En nuestra clínica de dolor disponemos de las mejores terapias de vanguardia que pueden ser farmacológicas, de intervencionismo, medicina regenerativa, dispositivos implantables para el control del dolor, de rehabilitación y tratamiento para la artrosis de columna lumbar. Nuestro personal les brindará un tratamiento personalizado con un equipo médico multidisciplinario.
Lo invitamos a agendar una cita en nuestros consultorios en Torres Médicas Angelópolis, Torre 1, Piso 12, consultorio 1222 y en el Hospital Ángeles Puebla, Torre 2, Piso 8, Consultorio 3845 a través del correo electrónico contacto@clinicaindolore.com o vía telefónica al (222) 290 7751 y (222) 441 9581. LIBÉRATE DEL DOLOR… INDOLORE.